La exposición al ruido en el trabajo es uno de los riesgos más importantes para la salud y la seguridad en el trabajo. El exceso de ruido en el trabajo, así como los accidentes debidos a la perturbación del ruido y las dificultades de comunicación, son algunas de sus consecuencias.
El grado de pérdida de audición suele ser acumulativo y aumenta tanto con el tiempo de exposición como con el nivel de ruido. Aunque la pérdida de audición inducida por el ruido en el trabajo es casi totalmente evitable, una vez adquirida, el daño es irreversible.
El problema del ruido en el trabajo no se limita a las industrias de fabricación pesada, sino que también afecta a una amplia gama de sectores, como la educación, el entretenimiento, la agricultura y los sectores de servicios. Existe una estricta normativa sobre el ruido, de acuerdo con la Directiva sobre el ruido de la UE, que describe detalladamente cómo tratar el ruido en el lugar de trabajo. La directiva marco establece las directrices generales de prevención.
Hay varias precauciones que se pueden tomar para prevenir la pérdida de audición en el trabajo:
No, no se debe confiar en la protección auditiva personal (como los tapones) cuando hay otras medidas disponibles para eliminar o controlar el riesgo. Los empresarios están obligados a abordar o reducir los riesgos del ruido en su origen y deben notificar a los empleados los riesgos y ofrecerles opciones de protección auditiva.
La norma ISO 1999:1990 es la que permite medir la exposición al ruido de los trabajadores. El objetivo de las mediciones de ruido es verificar los niveles de acción establecidos en 80, 85 y 87 decibelios. Cada nivel de acción define las medidas que deben tomarse para evitar la pérdida de audición entre los empleados.
Para medir el ruido en el lugar de trabajo se utilizan sonómetros como el SV 971A o dosímetros de ruido como el SV 104.