The noise in schools is said to be a major stress factor by almost 80% of those who teach in schools. There are also examples of chronic noise causing hearing damage.
En la mayoría de los centros escolares, rara vez se supera el nivel de exposición sonora permitido de 85 decibeles. Los niveles que los profesores identifican como ruido excesivo en el lugar de trabajo oscilan entre 60 y 85 dBA. Estos niveles de ruido deben designarse como niveles que inducen al estrés e influyen en la salud mental.
En la mayoría de los centros escolares, rara vez se supera el nivel de exposición sonora permitido de 85 decibeles. Los niveles que los profesores identifican como ruido excesivo en el lugar de trabajo oscilan entre 60 y 85 dBA. Estos niveles de ruido deben designarse como niveles que inducen al estrés e influyen en la salud mental.
Sí, los niveles de ruido entre 60 dB y 85 dB son sustancialmente más altos de lo que los científicos que investigan el ruido consideran perjudicial para tareas productivas como el trabajo de oficina.
El nivel de ruido en las instalaciones escolares tiene un importante impacto negativo en la salud mental y el bienestar de los jóvenes, el profesorado y el personal. Esto incluye impactos como daños en la audición, estrés, fatiga, distracción, aumento de la presión sanguínea e interrupción del sueño. Varios factores pueden contribuir al ruido en las escuelas. Entre ellos, el ruido generado por los equipos de laboratorio u otras actividades ruidosas, como los instrumentos musicales o las clases de gimnasia, la mala acústica del edificio, como los aparatos de aire acondicionado, o la falta de materiales que absorban el sonido.
Varios estudios han demostrado que el nivel de ruido puede ser un factor importante a la hora de provocar o exacerbar el comportamiento perturbador de los niños. Aunque no existe una solución única para reducir el ruido y el comportamiento perturbador en el aula, varias estrategias diferentes pueden ayudar a crear un entorno de aprendizaje más positivo para todos los alumnos.
A niveles elevados, la exposición excesiva al ruido puede provocar una pérdida de audición con el tiempo. Entre los efectos del ruido, la pérdida de audición inducida por el ruido es uno de los riesgos laborales más comunes para quienes trabajan en entornos ruidosos.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el ruido de fondo en las clases escolares no supere los 35 decibelios. El ruido que supera este límite dificulta la comunicación y la comprensión del habla.
El diseño de un aula es crucial. El aula debe construirse para reducir los niveles sonoros básicos y los tiempos de reverberación (RT60) en las salas destinadas a fines educativos por encima de los deseados para otras actividades mentales (en 30-45 dBA) y los tiempos de reverberación (en 0,4 segundos).
La comunicación (hablar y comprender) está en el centro de todos los procesos de aprendizaje medibles. El índice de inteligibilidad del habla (STI) es un parámetro que mide la calidad de la transmisión del habla. Cuanto mejor sea la transmisión del habla, menos ruido habrá en las escuelas.
La norma S12.60 del ANSI para la acústica de las aulas establece los niveles máximos permitidos tanto para los tiempos de reverberación (RT 60) como para los niveles de ruido de fondo en las aulas para garantizar la inteligibilidad del habla:
Las normas de rendimiento y diseño acústico se aplican al diseñar todas las aulas nuevas de tamaño pequeño a moderado. También deben aplicarse, en la medida de lo posible, al renovar los espacios.
Si le preocupan los niveles de ruido en su aula o centro educativo, una opción es utilizar un medidor de ruido para aulas. Estos dispositivos miden los niveles de ruido y reverberación dentro de un espacio, lo que le permite tomar medidas para mejorar el entorno acústico y mitigar cualquier efecto negativo en el aprendizaje y la productividad.
Los parámetros de acústica del aula pueden medirse con un sonómetro profesional, como el sonómetro de clase 1 SV 971A o el sonómetro de clase 2 SV 973 con las opciones RT60 y STIPA instaladas.
El ruido procedente del exterior del edificio escolar puede invadir el aula o el espacio de aprendizaje. Las fuentes de este ruido pueden ser el tráfico, los aviones, las plantas industriales y la actividad en los patios de los colegios o el mantenimiento de los terrenos. Por lo general, los centros escolares sólo pueden controlar el ruido procedente del patio y los terrenos. Sin embargo, cuando se estudia la posibilidad de construir un nuevo centro escolar, puede tenerse en cuenta el ruido procedente de fuentes de ruido comerciales, industriales y del transporte. El ruido que sale del edificio escolar y llega a las aulas puede detenerse asegurándose de que el edificio está bien diseñado y utilizando medidas de control del ruido en las instalaciones y servicios.
Los estudios realizados por una sociedad acústica señalan algunas formas de reducir los niveles de ruido en las escuelas:
– tratamientos acústicos como materiales absorbentes del sonido en paredes y techos
– mejorar la acústica del edificio, incluidos los sistemas de ventilación
– utilizar tapones para los oídos u otros dispositivos de supresión del ruido
– programar las pausas y los recreos a lo largo del día
– disponer de zonas tranquilas en la escuela donde los alumnos puedan concentrarse o estudiar
Los tapones para los oídos son un tipo de equipo de protección personal que puede utilizarse para reducir la exposición al ruido. Existen en diferentes tamaños, materiales y formas. También pueden adaptarse a cada usuario. A la hora de seleccionar los tapones para los oídos que se utilizarán en el ámbito escolar, es importante elegir un producto que sea cómodo y duradero. También es importante elegir un producto que sea fácil de usar.
Los auriculares con cancelación de ruido son otro tipo de equipo de protección personal que puede utilizarse para la reducción del ruido en el trabajo. Estos dispositivos funcionan creando una onda sonora que anula el ruido, facilitando la concentración en la tarea que se está realizando.
Hay muchos tipos diferentes de materiales de insonorización que pueden utilizarse para reducir los niveles de ruido en un espacio. Los datos de las investigaciones medioambientales recopilados demuestran que se puede generar más ruido con otros equipos, por ejemplo, con un aparato de aire acondicionado o incluso con el ruido de los aviones. Materiales como paneles, baldosas y alfombras pueden utilizarse como aislantes.
Las barreras pueden utilizarse para bloquear o desviar el ruido del espacio. Las investigaciones centradas en el ruido en las aulas muestran que los altos niveles de ruido exterior también pueden contribuir al ruido total en la escuela. Las barreras físicas, como las paredes y las puertas, pueden ser eficaces para reducir los niveles de ruido, mientras que otros tipos de barreras, como las cortinas acústicas y los bafles, pueden utilizarse para mejorar la acústica general de un espacio.